jueves, 14 de octubre de 2010

ODIO LO QUE USTED DICE


“Odio lo que usted dice, pero moriría por defender su derecho a decirlo”. Voltaire. La tragedia que se dio en El Jaralito, allá en la ciudad Capital, sólo es producto de la falta de adecuados mecanismos de diálogo y seguimiento de los asuntos evidentemente explosivos. Nuevamente, gente inocente sufre las consecuencias de los intereses ajenos a su comunidad; fueron, de acuerdo a lo mencionado en los rotativos de la Capital, utilizados.
La destitución de dos personajes claves, en el gobierno del Dr. Toranzo, no es suficiente; mientras no se construyan puentes de diálogo, con la firme intención de llegar a acuerdos. Se debe de elegir el camino, que acorte la distancia y beneficie a todos los interesados. Es un hecho que en toda negociación, las partes involucradas, deben de aceptar la posibilidad de ceder. Es cuestión de ganar – ganar. Vivimos tiempos, en los que fácilmente se politizan los diversos asuntos que atañen a la comunidad, son el botín político que mucho atesoran los diferentes actores.
En este lamentable asunto, se encuentran involucrados: la empresa Vigue; el ahora ex secretario general de Gobierno, José G. Durón Santillán; y el también ex jefe de la policía estatal, Ricardo González Fernández; no se salvan el aún Secretario General del ayuntamiento capitalino, Emigdio Ilizaliturri; ni tampoco el regidor Ramón Oyarvide, que enfiló a los pobladores de El Jaralito en contra de la empresa Vigue. Desafortunadamente, nadie acepta la responsabilidad por sus actos u omisiones, con la misma presteza con la que aceptan el mérito y el éxito.
La situación inicia porque se oponían a la construcción de un relleno sanitario, por parte de la empresa Vigue. La violencia tuvo un costo, la muerte de una persona y seis policías heridos; este fue una de las causales que provocó el cese inmediato de los funcionarios arriba mencionados. Se habla de cese, separación del cargo; en ningún momento se manejó “renuncia voluntaria” o la típica “renuncia por motivos de salud”. Mucho tiempo se espero, por cambios en el gabinete del Dr. Toranzo, pero nunca de esta magnitud. Es justo precisar, la empresa cumplió con el marco legal.
No podemos dejar de reflexionar sobre este lamentable hecho, tratando de aprender una enseñanza que bien podemos aplicar en nuestra siempre Bella Perla del Altiplano, Matehuala. Acá, aunque con otras circunstancias, tenemos un problema. El cual tiene dos bandos, como es costumbre; uno a favor de la instalación de los parquímetros y otro en franca oposición.
El bloque opositor cuenta con una gran debilidad, la “lucha de egos”; lo decimos porque escrito está, desde el pasado jueves, empezaron a surgir señales en tal sentido; por un lado nos refieren que el señor Don Ricardo Sauceda, reclama para sí la jefatura del movimiento; también reclama la jefatura, el Dr. Gregorio Antonino Maldonado; y por si fuera poco, Silvita tiene un buen amigo, en el periodista Juan Blanco, quien le reconoce su labor social desinteresada. Estos son algunos de los actores, que buscan liderar el movimiento; pero olvidemos que el reunir a todos estos actores, es una estrategia del colorado José Paz y de su buen amigo Ariel Chávez.
Los azules, ante el llamada de atención de su actual dirigente municipal, Rito Sandoval; metieron freno; esta fue reforzada desde la Capital; para evitar el enfrentamiento interno, sobre todo ahora que está en puertas la renovación del Consejo Estatal, por un lado y por otro, pudieron comprender que estaban fortaleciendo a los colorados, al oponerse a un proyecto de la administración que es de extracción azul. Esto último, solo estaba acercando a los colorados a conquistar todo, mientras que los azules reducían sus expectativas de mantener la administración municipal. Recuerde amable lector, los azules han sido incompetentes para retener la administración municipal tres veces seguidas, viviendo en armonía; se imagina si continúan fortaleciendo la división interna.
En suma, existen diversos interlocutores en el bloque opositor; cada uno con su muy particular forma de pensar y actuar. Tomemos por caso la postura de Ricardo Sauceda. Este personaje fue un opositor al proyecto del Libramiento, Usted lo recordará; en aquel entonces se enfrentó al hoy diputado local Pepe Nava; pues era el presidente municipal. Lo cuestionó y encaró; también recurrió como hoy, a actitudes irreconciliables. El resultado lo tenemos palpable, el libramiento se construyó y nada pasó. Ricardo Sauceda, abandonó la lucha y dejó de darle seguimiento. Todo el discurso apocalíptico se olvidó. Aunque, cosa curiosa, el compadre de Pepe Nava, Rigoletto Reyna lo retomó según nos cuentan en el Centro Cultual, la semana pasada.
Este compadre, incómodo, le recordó al Diputado Local Pepe Nava, que las aportaciones que iba a hacer la empresa administradora del Libramiento, no se han realizado. Este asunto, tampoco fue atendido debidamente, por la administración anterior; Rigoletto Reyna, lo saca a colación, olvidándose que él fue un regidor que no atendió este asunto. Esa CONCESIÓN, sigue pendiente de atención, subrayamos la palabra concesión, porque en aquel asunto sí lo fue y en el asunto de los parquímetros es una COMPRA.
Lo importante no es gritar sin fundamento, sino darle seguimiento puntual al asunto, quisiéramos saber la postura del señor Ricardo Sauceda, o ¿Acaso ya olvidó sus discursos y acciones, contra el Libramiento? ¿No debería de seguir en pié de lucha, por este asunto? ¿En dónde quedó la expresión “¡El pueblo, unido, JAMAS, SERÁ VENCIDO”!?
Hasta el momento, Ricardo Sauceda acude con el Diputado Pepe Nava, en busca de asesoría, eso nos parece correcto; pero se ha olvidado de darle seguimiento al asunto del Libramiento. Esto le resta credibilidad, en cuanto a la firmeza de sus convicciones. No quisiéramos pensar, que la atención que le da a determinado asunto, dura hasta que surge otro más atractivo o con mayor cantidad de reflectores.
¡No mencionemos más! Con lo arriba expuesto, creemos que al menos hemos dejado en claro, que no basta oponerse, por el simple placer de hacerlo; se requiere de argumentos y sobre todo de una actitud perseverante y de negociación; pero cuidado; cuando decimos negociación no implica contubernio, corrupción o hacer valer nuestra postura, mediante la violencia. Si estamos en error debemos de aceptarlo y corregir postura.
La falta de constancia y la gran cantidad de voluntades, puede ser un riesgo del bloque opositor; no le vemos una sola cabeza; más bien le vemos como una Hidra de Lerna, un monstruo de siete cabezas. Esto dificulta el diálogo, porque ¿con cuál cabeza se puede negociar?; ¿cuál permitirá el acuerdo? Es fundamental que el bloque opositor resuelva primero su problema interno de UNIDAD. Esto facilitaría que los mecanismos de diálogo y seguimiento funcionen. Así podremos decir desapasionadamente “Odio lo que usted dice, pero moriría por defender su derecho a decirlo”.