miércoles, 27 de octubre de 2010

LA POLÍTICA ES LA HERRAMIENTA…

“La política es la herramienta para transformar lo imposible en realidad, pero es sólo una herramienta, no lo puede hacer ella por sí sola, necesita de brazos que la ayuden a lograr el objetivo”. Anónimo. No se pretende descubrir el hilo negro del arte de hacer política, desde la conformación del actual sistema de partidos, impulsado por el Maestro Jesús Reyes Heroles, con la Reforma constitucional de 1977; algunos de los integrantes del Equipo Civilitas, ni siquiera estamos en planes de nacimiento; pero al menos el sistema político mexicano, se encontraba en una etapa de renovación, era eso o resignarse a un cambio nada democrático. Con la reforma política y la de partidos se sentaron las bases para el fortalecimiento del federalismo a través de la alternancia.
La alternancia se presenta primero a nivel municipal “desde los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado y a nivel estatal desde 1989, con la victoria del panista Ernesto Ruffo en el estado de Baja California. La alternancia es también impulsada por la reforma política de 1977; así, en 1987 se reformó el Código Federal Electoral y en 1996 se crea el Instituto Federal Electoral (IFE), lo que da pie a que en 1997 haya mayoría opositora durante la LVII Legislatura, y se elija como presidente opositor a Vicente Fox en las elecciones presidenciales del año 2000”. REYES Garmendia, Ernesto Soto (2010), LA DEMOCRACIA Y EL SISTEMA POLÍTICO EN MÉXICO, Colección Conmemorativa de las Revoluciones Centenarias, UAM
Pero la alternancia, no hubiese sido posible, si los Institutos Políticos carecieran de brazos, formados en torno a determinada doctrina, todas son válidas, mientras no contravengan el marco legal de nuestra querida Patria, ni recurran o fomenten prácticas anti democráticas, es por esta razón que una de las funciones del IFE es validar el cuerpo doctrinal, los estatutos y reglamentos de cada instituto Político.
Cuando en nuestro país, el resultado de las elecciones era conocido por todos, antes de celebrarse; es decir, cuando el partido de estado, conocido como Revolucionario Institucional oficialmente y extraoficialmente como los colorados; competían para ganar o arrebatar. Los Institutos Políticos que conformaban la oposición, hacían gala del discurso y del recurso legal para protestar; pero como todo estaba controlado por los colorados, la batalla era corta.
Pero cuando los Institutos Políticos Opositores, como el de los azules, comprendieron que además de tener propuesta, tenían que darle forma a una estructura que difundiera la plataforma, en tiempo no electoral; y sobre todo que la estructura afiliara nuevos adeptos; gente dispuesta a participar para llevar a sus mejores hombres al poder. Recordemos que hubo un tiempo, que los partidos atacaban al gobierno porque tenía poder, y este corrompía; lo malo no es tener poder si no usarle en forma incorrecta.
Pero volviendo con el aspecto de la estructura, los Institutos Políticos, empezaron a diferenciar a sus miembros en activos o simpatizantes, con el correr del tiempo establecieron mecanismos para no ser infiltrados por los cuerpos de inteligencia de gobierno o del instituto Político Colorado. Hoy por hoy, es más fácil obtener una visa americana, que la calidad de miembro activo en el Instituto Político Azul; dicho por un miembro prominente del mencionado Instituto, nos referimos a Josefina Vázquez Mota y vino a decirlo a San Luis Capital.
Una vez que se tenía una estructura, fue necesario crear la infraestructura, como locales donde realizar sus reuniones, equipo de oficina y vehículos. Esto lo consiguieron gracias al financiamiento federal y estatal. Por eso el Instituto Azul comenzó a crecer, aunque no fue el único.
Todo lo anterior se vino abajo cuando empezaron a surgir los grupos de interés, que se preocupaban por posicionar a determinadas personas, aunque no tuvieran la suficiente capacidad para desempeñar los puestos, por ello la conquista y sobre todo la permanencia en determinados lugares empezó a complicarse; casos tenemos en diferentes momentos de las vida política del Instituto Azul, por ejemplo Yucatán, Aguascalientes y San Luis Potosí.
De nada sirve haber conquistado determinada posición si no se le puede retener. En ocasiones, es cierto, el fracaso obedece a diversos factores, pero uno que es fundamental y que nunca se debe de olvidar es la división interna; porque es un hecho que partido dividido, partido vencido. Los procesos internos de cada Instituto deben de fortalecer la unidad no en torno a una persona o grupo, si no en torno a la plataforma del partido.
Hasta el momento en Matehuala, la siempre Bella Perla del Altiplano, los azules sólo han tenido cinco alcaldes, pero no de manera consecutiva como hubiesen querido; lo que debe de obligarles a sentarse a la mesa, para dialogar y encontrar soluciones para permanecer, esta es la primer condición; y no el estar viendo quién o quienes deben o pueden ser los candidatos a las diferentes posiciones. Si no existen las condiciones que garanticen la permanencia, de nada sirve tener un ejército de candidatos.
En el pasado proceso electoral, los azules hablaban de tener detectados a 19 mil simpatizantes, que votarían en cascada por los diferentes candidatos a los puestos de elección popular; empezando por el candidato a gobernador, pero al caer la noche el día de las elecciones, recibieron un duro golpe.
No basta, hoy por hoy, tener propuesta, infraestructura, candidatos y recursos económicos; se requiere de una estructura, es decir brazos firmes y fuertes que le den vida y sustento al Instituto Político, sin importar el color; pero estos brazos deben además contar con la mágica cualidad de la Unidad. Siempre unidos a la doctrina y propuesta; respetando primero el marco legal interno, después el externo; por último, deberán de elegir a su candidato.
Extraña que los azules, no hayan aprendido de su historia, tuvieron excelentes hombres dentro de los fundadores del Instituto Político, pero no todos ellos fueron excelentes candidatos; porque sabían que primero, antes de sembrar la semilla, se tenía que abonar la tierra, trabajarle para que la semilla que depositaran diera fruto y lo diera en abundancia. Una vez conquistada la Presidencia de la República, iniciaron la etapa de construcción a la alternancia democrática, consolidando las instituciones que permitan que la democracia, no sea solamente un sistema de elección de funcionarios, sino que además se convierta en un estilo de vida. Pero nada de esto se consigue si olvidamos que “La política es la herramienta para transformar lo imposible en realidad, pero es sólo una herramienta, no lo puede hacer ella por sí sola, necesita de brazos que la ayuden a lograr el objetivo”.