jueves, 12 de julio de 2012

Cuando los vientos de cambio soplan...

Cuando los vientos de cambio soplan, algunos construyen refugios y se ponen a salvo... otros construyen molinos y se hacen ricos.
Claus Möller
Es tiempo, de que los ciudadanos libres no sólo reflexionen; si no que actúen en consecuencia. Desde el inicio del proceso electoral, vimos como aumentaban las cuentas de Facebook y Twitter, por mencionar las redes sociales, más populares; muchas de ellas, “creadas” para demostrar la penetración de determinado candidato, crearon un escenario temporal; hoy empiezan a ser abandonadas.

Sin embargo, los ciudadanos libres, desde su cuenta personal empezaron a opinar y a brindar el apoyo a determinado candidato; algunos disfrutaron del triunfo y otros… conocieron el sabor amargo de la derrota. Ahora, necesitamos reflexionar para qué queríamos que ganara “nuestro” candidato. ¿Ganaríamos algo? ¿Impulsaríamos el cambio? ¿Construiríamos un refugio o un molino?

Durante la precampaña electoral, fuimos testigos de cómo se fueron dando la elección de los candidatos; mientras que en la campaña, nos percatamos de cómo se fueron posesionando cada uno los actores, hasta conocer el resultado de la elección. Cayó la moneda, que en el aire estaba, el voto determinó el triunfador. Es cierto, surgieron en la izquierda y en la derecha, afirmaciones que empañaron el proceso electoral.

Se habla de compra y también de venta de votos; así como de otras “irregularidades”. Escuchamos a Andrés Manuel decir: El re conteo no es suficiente. Entonces surgen varias interrogantes. ¿Qué debemos cambiar el marco legal o los hombres? Si con pruebas en la mano y ante los tribunales, podemos demostrar el fraude o lo irregular de la elección, ¡genial! Pero escrito está, hemos afirmado: con pruebas.

Por lo visto, la Izquierda Mexicana continuará con su discurso de descalificación y tendremos nuestro segundo presidente espurio. La derecha seguirá meditando y tratando de entender cómo llegaron al poder y se mantuvieron solo por 12 años; veremos, si el Creador lo permite cuánto tiempo les toma retornar al poder y sobretodo que siglas tendrá la derecha en ese entonces.

Todo lo anterior es importante, sin embargo, el despertar ciudadano tiene mayor relevancia; por primera vez escuchamos al ciudadano en las redes sociales; sin color o instituto político. Eso preocupa a quienes detentan el poder en los diferentes grupos. Dos temas sobresalen de la campaña electoral:

La candidatura ciudadana. Durante la campaña escuchamos a candidatos, sin importar nivel o puesto, que se auto ungieron como Candidatos Ciudadanos, pero lo eran por moda, discurso o simplemente para alejarse de la mala imagen de su propio Instituto Político. En el momento en que los ciudadanos libres, puedan ser candidatos independientes los institutos políticos se reforman o se extinguen. Los cotos de poder estarán condenados, las negociaciones sobre y bajo la mesa se habrán acabado; y no hablemos de los partidos morralla o de los partidos familiares. Hay que seguir impulsando la candidatura ciudadana.

“Chapulineo”. Con esta pequeña palabra etiquetamos a los “políticos de carrera”, esos que tienen más de… 6, 15, 18 o más años; viviendo del presupuesto. Se autodenominan como gente de experiencia y resultados, como baluartes o lideres morales de sus Institutos Políticos, como dignos representante de la sacrosanta salvación. Son los fariseos de la democracia, sólo buscan su bien personal. Para extinguirlos se tiene que impulsar a nivel local y federal la reforma que obligue primero a que cumplan con los tres o 6 años de su periodo. En Monterrey y San Luis Potosí, ya iniciaron con este tema.

Si durante los próximos tres años, impulsamos estos temas y no los ponemos en el cajón de los recuerdos, podremos generar un cambio y contribuir a consolidar la democracia como sistema de vida; eliminando a los nuevos tiranos que cambian de puesto cada 3 años, bajo el amparo de la partidocracia.

Es tiempo, para que los ciudadanos libres empiecen a impulsar su propia agenda; tenemos que dejar nuestro puesto de espectador, porque “Cuando los vientos de cambio soplan, algunos construyen refugios y se ponen a salvo... otros construyen molinos y se hacen ricos”.