martes, 9 de octubre de 2012

Dicen que la historia se repite


Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.
Camille Sée
En los últimos dos meses hemos tenido de todo, producto del proceso electoral; se dio la pugna política en los tribunales y fuera de ellos; si el veredicto nos favorecía aplaudíamos y lanzábamos porras al viento; si por el contrario el veredicto nos quitaba la oportunidad de ser el alcalde, diputado o presidente de la República… simplemente condenábamos los oscuros contubernios celebrados a espaldas del pueblo.

Hemos sido testigos de la pugna al interior de los partidos de izquierda, que a juicio de muchos, traicionaron a Andrés Manuel López Obrador, porque se jactaron de tener una estructura y presencia en todo el país; nada más falso. Como consecuencia, López Obrador, construirá su propio partido quitando a los partidos de izquierda, estructura y presencia. Lo que sea de cada quien, AMLO sigue teniendo carisma.

Por desgracia, también hemos sufrido el flagelo del crimen organizado o desorganizado, vaya usted a saber. El pasado 12 de agosto, la Siempre Bella Perla del Altiplano, Matehuala; se tiño con la sangre de su alcalde electo: Edgar Morales, masacrado junto con su compañero, amigo y hermano Francisco Hernández Colunga. Las causas siguen siendo un misterio y los responsables siguen libres; escuchamos una débil declaración de la “autoridad competente” afirmando que había sido una confusión.

Tras la muerte del amigo y compañero, Edgar Morales; surgió la pugna por el poder. Era de esperarse que oportunistas y los leales seguidores de Edgar se enfrentaran; en silencio y a hurtadillas caminaban esparciendo el rumor en pasillos y corrillos de Palacio Municipal, así como en las oficinas estatales del Partido y en la casa Noelia, viuda de nuestro amigo. Al final de cuentas, parece que se llegó a un arreglo entre las diversas facciones, porque tenemos que aceptar que hoy ya no existe un solo grupo gobernando en Matehuala, veremos si pueden llegar a buen puerto, para ello necesitarán una mano firme en el timón.

Mientras esto sucedía en nuestra tierra, en el resto del estado se daba el cambio de poderes; escuchamos las mismas historias… sólo cambian los lugares y personajes, pero la trama es la misma. Escuchamos de gobernantes, al menos de los decentes, que tienen al inicio de su período; objetivos, proyectos y sueños; cuando esto termine les quedará un poco de desilusión y hiel.

En tal lugar, se dijo: “daremos de baja a “x” número de empleados, pues nos dejaron la nómina abultada”; en otro, “tenemos proyectos, pero iremos con el gobernador, para que nos brinde su apoyo como gobernante y compañero de partido”. Y perdón para los creyentes, pero funcionarios que jamás o hace mucho no se acercaban al templo, ahora como flamantes funcionarios, harán acto de presencia con profunda solemnidad.

No olvidemos que por estas fechas, habrá funcionarios que se reencuentren con amigos, que no veían y harán nuevas amistades; la agenda se habrá de saturar de invitaciones. No olvidemos que reaparecerán en escena, dos o tres parientes incómodos, de esos… que nunca faltan. Todo esto aplica para todos los niveles y para todo México.

Después de un par de semanas, empezarán los reclamos y los funcionarios, servidores públicos, empezarán a trabajar; tendrán su plan de los 100 días. Juraran resolver la problemática del municipio; pero por desgracia, no han considerado en su plan de los 100 días, el factor económico. Recordemos, además de la nómina abultada, el otro problema es la falta de recurso económico y la falta de crédito. Esto no impedirá a regidores, diputados, líderes sociales o gobernantes de cualquier nivel; emitir juicios y sentencias a diestra y siniestra.

Por desgracia en México, los servidores públicos por elección, no pueden ser removidos de su puesto sin agotar un largo y burocrático procedimiento; y jamás escucharemos de ellos por mutuo propio: renuncio. Pero eso sí, promoverán la caída de uno que otro funcionario o al menos lo tendrán de “encargo” y además, tendrán en la punta de la lengua el rollo del caos financiero y administrativo, generado por la pasada administración; sin entrar a la discusión sobre las causas que le propiciaron y sobre todo, las alternativas de solución.

Todo lo anterior y más, es lo que vamos a escuchar y leer; es la misma trama; con otros personajes y distintos escenarios. Tal vez, por casualidad, encontraremos un escritor que se atreva a escribir un final distinto, pero los actores se esforzarán por apegarse a la historia original por eso: “Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”.