miércoles, 10 de noviembre de 2010

RECIBÍ EL GOBIERNO DE LAS MANOS DE UN EJÉRCITO VICTORIOSO

“Recibí el gobierno de las manos de un ejército victorioso, pero tan pronto como me fue posible se efectuó una elección y entonces mi autoridad me vino del pueblo” Porfirio Díaz (1830-1915). Militar y político mexicano que ocupó la Presidencia de la República (Del 5 de mayo de 1877 al 1 de diciembre de 1880 y del 1 de diciembre 1884 al 25 de mayo de 1911). Los mexicanos nos encontramos festejando el primer centenario de la Revolución, este movimiento político, militar y social; permitió que se crearan las bases del Nuevo México. Gracias a este movimiento surgió la Constitución Política, que presentó innovaciones importantes como la consagración de los derechos de los trabajadores, a pesar de que apenas éramos una nación en etapa de industrialización.
Pero el error más grande que podemos cometer, es pensar que todo proviene de 1910, somos producto de más de quinientos años de historia. De hecho, en los cursos universitarios cuando se habla de México, aún se retoma la historia del pueblo azteca. Todo sumó para la construcción de lo que hoy es México. Incluso las acciones realizadas por don Porfirio Díaz, cuyo nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nacido un 15 de septiembre de 1830, con sangre mixteca corriendo por sus venas.
Este hombre ha sido cuestionado, increpado, insultado, sobajado y tachado simplemente de Dictador. Aunque en honor a la verdad, si pudiéramos entrevistar a los moradores de aquel México hermoso, seguramente nos encontraríamos con personas que por conciencia y convicción defendían a este hombre. ¿Por qué?, seguramente porque logró dar cierta estabilidad, haciendo realidad aquella vieja consigna “Orden y Progreso”; recordará amable lector, que antes de lo que hoy conocemos como Porfiriato, nuestra Patria vivió una época de inestabilidad.
Inestabilidad producida por los constantes golpes de estado, como por las invasiones que padecimos, ya por los Yanquis como por los Gabachos. Usted amable lector, tal vez considere que cometemos un pleonasmo, pero permítanos recordarle que la palabra Gabacho proviene del francés: gavache, es decir la persona que radica en el Gave, nombre de algunos ríos del Pirineo francés; y buena parte de los invasores franceses que intervinieron en el país venían de esta región, aunque la palabra se ocupó años más tarde para lo estadounidense. De ahí que los franceses fueran conocidos como gabachos.
Casi todos hemos olvidado que Díaz, siendo coronel los combatió al lado del General Ignacio Zaragoza; motivo por el cual se le rinde honores el 5 de Mayo, varios creen que es un homónimo, pero no es así, el Coronel Díaz y el General Díaz son la misma persona. Pero esto no fue su único logro, al llegar al poder gracias al ejército, el voto del ciudadano le concedió la autoridad.
Durante el porfiriato, se logró algo maravilloso la unificación de nuestro México; gracias a la acción hoy cuestionada, de la construcción del ferrocarril. Se unió el norte con el sur, el golfo con el pacífico. Se tejió la red que tiempo después serviría para la movilización de las tropas revolucionarias de los diferentes bandos. Otro logro, es sin duda alguna la reapertura de los institutos de educación superior, dando impulso firme decidido al positivismo.
Porfirio, gobernó con mano firme aunque para algunos fue mano de hierro; usted recordará porque escrito está, en ediciones pasadas de esta columna, la ley de los tres ierros: “Encierro, Destierro y Entierro”. Ley que muchos sufrieron, pero que con el paso de los años otros adoptaron, o Usted amable lector ¿Qué opina? ¿Habremos superado la ley de los tres ierros? ¿Somos capaces de tolerar a las personas que piensan diferente a nosotros?
Otro punto importante de esta época, es sin duda el sistema de partidos, los cuales eran utilizados para encumbrar a determinados personajes, tenían vida muy efímera, surgían en la mañana del proceso electoral para desaparecer en el ocaso del mismo. Algunos analistas de la vida política de México, piensan que esto no lo hemos superado. Algunos Institutos Políticos, todavía son elefantes blancos de la Joven Democracia que subsiste en esta etapa de transición democrática, aún nos falta consolidar los mecanismos que nos den certeza. Todavía no erradicamos el clientelismo político paternalista.
Porfirio Díaz Mori dejó unas bases que nos permitieron construir nuestro México. Con su partida los diferentes bandos lucharon entre sí, en la búsqueda del poder. Si leemos con detenimiento los diferentes pasajes de la historia, encontraremos que Madero tenía por enemigo a Zapata. Carranza tuvo por enemigos a Obregón y a Calles. En fin, fue verdaderamente una época de verdadera anarquía, pero construyó el marco legal que nos rige hasta nuestros días, con cientos de enmiendas, pero persiste.
De manera paralela, se fue construyendo el nuevo sistema político mexicano, tomando al partido de estado como eje principal. Usted recordará, amable lector, la creación del Partido Nacional Revolucionario, por el General Calles, allá por el 29, tiempo después migró a lo que se conoció como Partido de la Revolución Mexicana, creado por otro memorable presidente de la República, Lázaro Cárdenas y finalmente Ávila Camacho y el entonces recién nominado candidato presidencial Miguel Alemán Valdés impulsaron su transformación en Partido Revolucionario Institucional.
Lo que intentamos plantear es algo básico, somos el resultado de todas las acciones realizadas en el pasado y por ello, que debemos de tenerles presentes en nuestra mente, no sólo para generar ese sentimiento de pertenencia a esta nuestra querida Patria, sino también para que tomemos conciencia que todo lo realizado fue gracias no sólo a los caudillos, sino también a los ciudadanos que participaron. Es cierto, algunos perdieron el rumbo, una vez que tenían el poder, pero no todos… no todos.
Existieron hombres que coadyuvaron en la construcción de las Instituciones que hoy por hoy, nos dan sustento y solidez como nación; somos gracias a lo realizado por ellos. No todo fue perverso durante el porfiriato, tampoco todo fue abominable en la época del partido de estado; porque en esos 61 años, surgieron patriotas que participaron con sus ideas y acciones para que nuestra Patria, evolucionara y llegará a esta etapa de transición democrática. Falta mucho, es cierto, pero también es cierto que hemos avanzado.
El próximo año, falta poco, empezaremos a escuchar discursos para que el pasado no se retorne al pasado o bien, para que se establezca nuevamente el orden. Estamos viviendo una época similar, sin armas afortunadamente, pero similar a la que vivieron nuestros abuelos y bisabuelos. Es decir, estamos definiendo el rumbo para ir decididamente hacia nuestro destino. Hoy afortunadamente, nadie dice: “Recibí el gobierno de las manos de un ejército victorioso, pero tan pronto como me fue posible se efectuó una elección y entonces mi autoridad me vino del pueblo”.